Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Delegación de Cataluña.

La levadura de la cerveza y... del laboratorio

Conocida desde la antigüedad, la levadura del pan, del vino y de la cerveza, Saccharomyces cerevisiae, se ha convertido en un organismo de estudio común en el laboratorio. La investigación biotecnológica ha mantenido el uso tradicional que se ha hecho de esta levadura, mejorando e innovando los procesos de panificación y de producción de bebidas alcohólicas. A la vez, este organismo ha ganado protagonismo en el laboratorio al convertirse en un potente modelo biológico de organismos eucariotas.

La secuenciación completa del genoma de Saccharomyces cerevisiae -concretamente, de la cepa de laboratorio S288C- se finalizó en 1996, tras cuatro años de un proyecto liderado por la Unión Europea y la participación de más de cien laboratorios de todo el mundo. Fue el primer organismo eucariota en ser secuenciado y actualmente es el genoma eucariota mejor conocido.

¿Es la levadura el organismo más útil de la naturaleza?

El microorganismo que da cuerpo al pan

Saccharomyces cerevisiae es una levadura, un hongo unicelular, del grupo de los ascomicetos. Este grupo incluye a más de 60000 especies, entre ellas las trufas, las colmenillas o el Penicillium, el hongo que produce la penicilina, pero también a hongos patogénicos tanto de plantas como de animales, el más conocido de los cuales es Candida. En la naturaleza se encuentra sobre sustratos ricos en azúcares o en los exudados y savias dulces de algunas plantas. El término "levadura" (de "levare" en la acepción de subir o levantar) remite a la experiencia visual de la masa del pan que se "levanta" cuando se añade levadura a la harina. Su nombre alternativo de "fermento" viene del latín fervere, que quiere decir hervir y proviene del movimiento del mosto durante la producción de vino o cerveza. Los nombres anglosajones y germánicos (yeast, heffe) también se refieren a la acción de hervir o hacer espuma. Por lo tanto, el conocimiento y percepción de la levadura está absolutamente condicionado por sus propiedades de fermentación del pan, el vino o la cerveza.

¿Fueron la cerveza y el pan el billete de acceso al laboratorio de la levadura?

Productos de la fermentación

El interés alimentario de Saccharomyces cerevisiae se debe a la capacidad de dicho organismo de esponjar el pan y por otra parte por el producto final que se obtiene de la fermentación alcohólica (la cerveza y el vino). Estos procesos ocurren debido a la metabolización de los azúcares de la masa o el mosto (esencialmente glucosa, fructosa, sacarosa o maltosa) para generar dióxido de carbono y alcohol etílico o etanol. El primero es un gas que provoca que la masa del pan suba (y las burbujas del cava), mientras que el segundo es el origen de las bebidas alcohólicas. La fermentación proporciona energía a la levadura independientemente de la presencia o no de oxígeno siendo una reacción endógena de oxidación-reducción (redox), durante la cual la mitad de la molécula de azúcar hace de donadora de electrones a la otra mitad.

Vida microscópica

Saccharomyces cerevisiae es un organismo unicelular. De forma más o menos redondeada, la célula presenta un núcleo diferenciado, siendo por lo tanto un organismo eucariota (en griego, eu- verdadero; carion- núcleo), como lo son también las plantas o los animales. Las células de la levadura se multiplican rápidamente por gemación, una forma asimétrica de reproducción asexual: a partir de una célula se origina una protuberancia que va creciendo y acaba dando lugar a otra célula, más pequeña (al principio) que la célula inicial y diferenciada genéticamente de la célula original. En condiciones óptimas, este tipo de reproducción dura unas dos horas y permite la colonización total de los mostos en cuestión de horas o días. Esto es muy importante en las fermentaciones vínicas, donde hay la competencia por parte de otros hongos, levaduras y bacterias que pueden dañar el vino, por lo que hay que controlar bien las condiciones y duración del proceso para evitar la proliferación de éstos. El rápido crecimiento ha sido clave a la hora de elegir esta levadura como herramienta para la investigación y las aplicaciones biotecnológicas.

Estrategias vitales

La buena vida no dura siempre, tampoco para la levadura; esto condiciona su ciclo vital y estrategia reproductiva. En condiciones óptimas, la fermentación explosiva y la reproducción asexual por gemación representan ventajas evolutivas, pero cuando el alimento (o sea, los azúcares) se agota, la estrategia debe cambiar. La primera adaptación es pasar de un metabolismo fermentativo a uno respiratorio, en el que los azúcares y el etanol producido a partir de éstos son metabolizados completamente a dióxido de carbono con consumo de oxígeno, un proceso mucho más eficaz que la fermentación, pero también más lento. Este metabolismo oxidativo de la levadura es el principal causante de la maduración ("solera") de los vinos de Jerez.

Estrategias vitales de utilidad biotecnológica
En varias aplicaciones biotecnológicas es imprescindible controlar esta alternancia entre metabolismo fermentativo y respirador. Si lo que se quiere producir es dióxido de carbono o alcohol, debe favorecerse el metabolismo fermentativo. En cambio, si lo que se quiere es masa de levadura o cualquier producto celular (proteínas, polisacáridos y derivados o vitaminas), las condiciones más favorables se encuentran en el metabolismo respirador. En condiciones aún más restrictivas, la levadura se comporta como muchos microorganismos eucariotas: entra en esporulación para dar lugar a formas resistentes y de mayor variabilidad genética. En el caso de la levadura silvestre, este proceso implica una meiosis, es decir, el paso de una dotación diploide (32 cromosomas) a una haploide (16 cromosomas).

Levaduras que mueren de viejas
Ante la falta de nutrientes, una respuesta es la apoptosis o muerte programada de las células, con un significado evolutivo no completamente descifrado aún. Vale decir que las células de levadura viejas, es decir, que ya han dado muchas células hijas (de 15 a 30 o 40, dependiendo de la cepa) entran espontáneamente en apoptosis independientemente de la disponibilidad de nutrientes. Este hecho se interpreta como una estrategia clonal de reciclaje de nutrientes. Otra estrategia ante la falta de ciertos nutrientes es el crecimiento pseudohifal, por el que la levadura se transforma en un organismo pluricelular que crece en forma de hilos (hifas o pseudohifas) formando una telaraña. Tampoco se conoce el significado evolutivo de este proceso.

La sexualidad de las levaduras

El ciclo vital de los eucariotas que se reproducen sexualmente alterna células diploides (con dos copias de cada cromosoma, 2n) y haploides (una única copia de cada cromosoma, n). En los animales, por ejemplo, la forma somática (el animal tal como lo vemos) es diploide (2n) mientras que las células sexuales, los gametos, son haploides (n), producto de la meiosis. Durante la fecundación, los gametos se fusionan y dan un cigoto diploide sumándose sus respectivas dotaciones cromosómicas. En Saccharomyces cerevisiae existen las cepas heterotálicas, que presentan formas vegetativas tanto haploides como diploides, ambas capaces de reproducirse asexualmente y formar colonias.

Ciclo con alternancia de fases
El ciclo vital completo de la levadura comienza con una colonia diploide que, en circunstancias de falta de nutrientes, esporula generando cuatro esporas haploides (dos "a" y dos "α"). En las cepas heterotálicas, cada espora por separado puede germinar y producir una colonia haploide, que se reproduce por gemación de forma indefinida. Si se encuentran una célula "a" con una "α", actúan como gametos y se fusionan para dar lugar a un cigoto que, posteriormente, germina y origina una colonia diploide. Este ciclo presenta una complicación más, y es que, en la mayoría de cepas silvestres las células "a" y "α" se pueden interconvertir la una con la otra (homotálicas), un proceso que se suele llamar por su nombre inglés "switch". En las cepas homotálicas, una misma espora da lugar a una mezcla de células "a" y "α" y, dado que las células diploides crecen más rápidamente que las haploides, originan siempre colonias diploides.

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Observación en fresco (levaduras vivas) por microscopía óptica por contraste Nomarsky de una cepa de Saccharomyces cerevisiae, patentada, que se utiliza para hacer vino Albariño. Foto: cedida para la exposición por Dr. A.V. Carrascosa. Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación CIAL (CSIC-UAM): http://www.ifi.csic.es

La levadura es un ser vivo

El pan, el vino y la cerveza son casi tan antiguos como la civilización y las técnicas de fermentación casi tan antiguas como la agricultura y la ganadería. Entre los años 7000-3000 aC se producían bebidas fermentadas en China, Irán y Egipto. Durante mucho tiempo, esta práctica milenaria se perfeccionó únicamente desde la praxis ya que se desconocía la razón científica de las transformaciones. Con la irrupción del mundo microscópico, la levadura fue observada como ser vivo y en el siglo XIX como responsable de algunas las reacciones de la fermentación. Fue así como la levadura entró en el laboratorio. Pero, más allá de la química de la fermentación, este microorganismo asumió en el siglo XX un nuevo papel en el laboratorio al convertirse en organismo y herramienta de laboratorio.

¿Se puede producir fermentación sin levadura?

El ojo microscópico

A finales de siglo XVII Antonie van Leeuwenhoek (1632 - 1723) realizó numerosas observaciones con los primeros microscopios simples (con una única lente) diseñados por él mismo. A pesar de la simplicidad de estos instrumentos, hizo descripciones muy detalladas -de hasta 200 aumentos- de todo tipo de tejidos y materiales. Entre ellas, figuran las primeras observaciones de levadura, que describió como una agrupación de glóbulos. La construcción de microscopios más perfeccionados, hacia mediados de siglo XIX, permitió observar que las células de levadura se multiplicaban por gemación.

Los fermentos

Desde finales del siglo XVIII y durante el siglo XIX, numerosos químicos se interesaron por la naturaleza del fermento y su modo de acción. Fue en aquella época que se empezó a pensar que el "fermento" no era simplemente una sustancia orgánica, como se había sospechado hasta entonces; y se relacionaron los procesos de producción de la cerveza (y otras fermentaciones) con los seres vivos y, más concretamente, a ser entendidos como un producto de los microorganismos. La cuestión de la naturaleza del fermento se produjo en el contexto del pensamiento vitalista y de la generación espontánea y, por tanto, marcado por la controversia.

La química de la fermentación
Antoine Lavoisier (1743 - 1794) estudió la reacción de la fermentación alcohólica y publicó un libro sobre "La fermentación del vino". Lavoisier sugirió que el azúcar fermentado se podía separar en dos partes, una que se oxidaba a dióxido de carbono y otra que perdía oxígeno y daba lugar a alcohol. Posteriormente, Charles Caignard-Latour (1777-1859) relacionó el proceso de fermentación con la naturaleza del fermento. Sostenía (correctamente) que la descomposición del azúcar y su conversión en dióxido de carbono y alcohol era una consecuencia del desarrollo de la levadura.

La naturaleza del fermento
Justus von Liebig (1803 - 1873), químico alemán, consideró que las partículas de levadura podrían ser hongos, cuyos gérmenes penetrarían en el líquido a fermentar a través de la atmósfera. Desde una postura mecanicista de la fermentación, sugirió que todas las reacciones realizadas dentro de los seres vivos podían ser imitadas en un tubo de ensayo. Esta visión espontaneísta le enfrentó a científicos como Louis Pasteur. Por otra parte, Charles Caignard-Latour, considerado el primer observador de la gemación de la levadura, sostuvo que la levadura era una masa de cuerpos globulosos con capacidad de reproducción y no una sustancia simplemente orgánica o química como se creía.

Estudiar la cerveza

Durante la segunda mitad de XIX, los científicos de la naciente microbiología, también se interesaron por la cuestión de la fermentación. Louis Pasteur publicó en 1876 el libro "Études sur la Bière" que versaba sobre este tipo de fermentación. Pasteur no habló específicamente de Saccharomyces cerevisiae ni prestó demasiada atención a la taxonomía de las levaduras. Sin embargo, el estudio minucioso que hizo de los diferentes procesos de producción de la cerveza, de las alteraciones y la propuesta de mejoras son una muestra de cómo esta levadura irrumpió en el escenario del laboratorio.

Las células se encargan de la fermentación
Pasteur demostró que la vida no se producía por generación espontánea. Por esta razón, sostuvo de manera firme que la fermentación la producían seres vivos. No admitía que pudiera haber fermentación alcohólica sin que hubiera organización, desarrollo y multiplicación de las células. Esta postura era la opuesta a defendida por el espontaneísta von Liebig. Hoy se sabe, sin embargo, que tanto los espontaneístas como los vitalistas tuvieron su parte de razón en la interpretación del proceso de fermentación.

El proceso de fermentación

A principios del siglo XX, Eduard Büchner (1860 - 1917) logró reproducir la fermentación alcohólica en ausencia de células de levadura y demostrar la acción enzimática de la reacción. Büchner rompió las células de levadura y añadió azúcar a los extractos. Al poco tiempo observó cómo se producía el proceso de la fermentación y la liberación de dióxido de carbono. De esta manera, consiguió separar la fermentación de la actividad de las células y resolver un problema que venía de lejos. Esto le mereció el Premio Nobel de Química en 1907. Se puede considerar que estos experimentos marcan el nacimiento de la bioquímica, ya que reproducen reacciones químicas propias de los seres vivos en un sistema libre de células. De hecho, el término enzima (en griego, en zymos) quiere decir "a la levadura".

De fermento a organismo modelo

En el siglo XX, cuando hacía tiempo que la levadura circulaba por el laboratorio, se empezó a utilizar como herramienta para estudiar el funcionamiento de la célula eucariota. La levadura era un organismo unicelular que se podía cultivar fácilmente y aceptaba sin demasiados inconvenientes las técnicas de manipulación genética y bioquímica. Más adelante, en la década de los 80, fue posible modificar las células de levadura, es decir, la incorporación de ADN que no le era propio. Esto permitió diseñar células que expresaran ADN de otros organismos eucariotas; estas técnicas, entre otras, sirvieron para la secuenciación en los proyectos genoma.

Levadura modificada genéticamente
En la década de los 80, fue posible transformar eficazmente las células de levadura con ADN recombinante. Las técnicas actuales permiten cambiar el genoma de levadura prácticamente a voluntad. Se puede eliminar, duplicar, reemplazar o modificar cualquier gen de la levadura sin afectar sustancialmente el resto del genoma. De hecho, y llevando la técnica al extremo, es técnicamente posible cambiar cualquiera de los 12 a 14 millones de pares de bases de ADN dejando el resto del genoma intacto. La facilidad con que se pueden eliminar o reemplazar genes concretos en la levadura es una ventaja para la experimentación.

Cromosomas artificiales
La transformación "clásica" de la levadura, que implica bien insertar el fragmento de ADN foráneo a uno de los cromosomas de la levadura o incorporarlo a un plásmido autoreplicativo (fragmento de ADN circular que se replica de manera independiente al cromosoma), tiene unos límites relativamente fijos en cuanto a tamaño de ADN incorporado, típicamente de unos miles de pares de bases (kilobases, Kb). Conocer cómo funcionan los cromosomas de la levadura ha hecho posible crear auténticos cromosomas artificiales o YACs (Yeast Artificial Chromosomes), capaces de incorporar entre cien y miles de Kb, un tamaño comparable a los cromosomas naturales de la levadura. Esta técnica ha sido fundamental en los proyectos de secuenciación de genomas de otras especies, incluido el genoma humano.

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Pictografía proto-cuneiforme que registraba la producción de la cerveza. Probablemente del sur de Iraq, hace unos 3100-3000 aC. © Trustees of the British Museum: http://www.britishmuseum.org

Saccharomyces laboratoriae

A pesar de los mil millones de años de divergencia evolutiva, más de una tercera parte de los genes de la levadura se encuentran también en humanos (homólogos) y en muchos casos realizan funciones similares (ortólogos). De éstos, decenas, si no cientos, corresponden a genes relacionados con enfermedades hereditarias, metabólicas o con el cáncer. La similitud entre los sistemas celulares fundamentales (división celular, cromosomas, respuesta al estrés y metabolismo primario, entre otros) de la levadura y de los animales superiores ha consolidado a la levadura como modelo eucariota, a nivel celular y molecular. A la vez, ha demostrado tener un enorme potencial como herramienta tecnológica para la biología molecular al permitir establecer con relativa facilidad la relación entre la estructura genética y la función de la proteína.

¿Puede la levadura modelizar otra cosa que no sean levaduras?

Biotecnología del aroma

Los procesos de fermentación en la fabricación del vino y la cerveza son objeto de continuas mejoras e innovaciones en el ámbito biotecnológico. En este sentido, el aroma, que es una cualidad del vino, es una de las dianas de la investigación actual sobre fermentación. Hay un amplio espectro de compuestos aromáticos en el vino, incluidos los compuestos que sintetiza de nuevo la levadura como resultado de la fermentación. Uno de los objetivos en este campo es ganar conocimiento en las redes de genes que intervienen en la síntesis del aroma producto de la fermentación.

Modelo celular

La levadura es un organismo formado por una sola célula. Esta célula tiene una estructura eucariota, que quiere decir que tiene el material genético (las instrucciones que necesita para vivir) recogido dentro del núcleo. Los organismos pluricelulares como las plantas o los mamíferos también tienen esta estructura celular. La levadura se ha convertido en un modelo útil para estudiar la biología de los eucariotas, por ser unicelular y eucariota. De hecho, la mayor parte del conocimiento que se tiene hoy sobre el control de ciclo celular (eucariota) proviene de investigaciones realizadas con la levadura.

Ser microorgranismo
El hecho de tratarse de un microorganismo hace que la levadura comparta con las bacterias la simplicidad y rapidez de crecimiento. Además, en un organismo unicelular es posible aplicar con relativa facilidad los métodos de la genética y bioquímica clásica y las tecnologías moleculares. De hecho, con el uso de tecnologías de ADN recombinante se ha podido constatar que las proteínas de los eucariotas están muy conservadas en la secuencia de aminoácidos a lo largo de la escala evolutiva.

Ser eucariota
El hecho de ser un eucariota hace que comparta muchas de las propiedades fundamentales de la biología celular de los organismos pluricelulares más complejos (citoesqueleto, orgánulos subcelulares, regulación metabólica, etc.). Ésto hace que se pueda estudiar en la levadura determinados aspectos de la biología de los eucariotas a un nivel celular y molecular, como son la función y regulación de los genes. Otras cuestiones que afectan a la diferenciación celular para formar los tejidos o que tienen que ver con enfermedades, deben ser estudiadas en modelos pluricelulares.

Un genoma compacto

Más del 75% de los genes de la levadura codifican proteínas o corresponden a zonas reguladoras de expresión de los mismos, es decir, determinan su abundancia. En general, el genoma de la levadura, se constituye de unos 12 millones de pares de bases (12 Mb), repartidos en 16 cromosomas (dotación haploide) a los que hay que añadir 1 o 2 Mb más (dependiendo de la cepa) que codifican los ARN ribosomales. Se han descrito unos 6000 genes, de los cuales se conoce la función de aproximadamente el 30-50%. Estos valores toman sentido cuando se comparan con los correspondientes al genoma humano: 23 cromosomas (dotación haploide), 3000 Mb, 23000-25000 genes. Ésta fue la primera sorpresa al compararse ambos genomas: los humanos sólo tienen cuatro veces más genes que la levadura aunque repartidos en un océano de ADN, 500 veces mayor que el del genoma de la levadura.

La levadura como tecnología

Más allá de su interés como organismo, la levadura se ha convertido en la base de determinadas herramientas de laboratorio ampliamente utilizadas. Por ejemplo, los cromosomas artificiales de la levadura permiten clonar y expresar diferentes genes. También se ha podido generar una colección de mutantes para cada uno de sus 6000 genes lo que consecuentemente permite analizar la función de los genes (genómica funcional), muy útil para conocer la función de genes homólogos en otras especies y en los humanos. Además, se han desarrollado otras técnicas que utilizan la levadura, como la técnica "two-hybrid" para el estudio de interacciones proteína-proteína (Yeast Two-Hybrid, Y2H), útil para la investigación proteómica y como las técnicas highthroughput (de alto rendimiento) para obtener datos sobre el transcriptoma (conjunto de ARN mensajeros que se expresan en una célula, tejido o organismo) o para detectar la acción de un amplio abanico de moléculas candidatas para el diseño de fármacos.

La levadura humanizada

Un aspecto fundamental de la utilización de la levadura como modelo es la posibilidad de "humanizarlo". Con esto lo que se quiere decir es que se introducen en la levadura genes humanos o se reemplazan los genes propios por sus ortólogos humanos, con el fin de estudiar su funcionamiento. Esta estrategia tiene muchas aplicaciones. Por ejemplo, en la industria farmacéutica se hace uso de cepas de levaduras que expresan genes humanos, para el diseño de nuevos medicamentos que interaccionen con el producto de dichos genes (un inhibidor de una enzima o un ligando para un receptor). Poder analizar los efectos fisiológicos en un microorganismo como la levadura facilita mucho las etapas primarias del proceso de desarrollo de fármacos.

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Membrana de la célula de levadura visualizado por algunas proteínas de membrana que se han fusionado con marcadores fluorescentes (RFP y GFP). El color amarillo resulta de la superposición de la luz de ambos marcadores. Foto: Masur. Font: Wikimedia Commons de Reconocimiento y Compartir igual. Esta imagen está bajo licencia Creative Commons 3.0 No adaptada (CC BY-SA 3.0).

En 1996 se obtuvo la secuencia del genoma de la levadura de la cerveza, Saccharomyces cerevisiae y es todavía el genoma eucariota mejor conocido, tanto en los aspectos estructurales (variabilidad, estructura de los telómeros y centrómeros, transposones) como funcionales (estructura y disposición de los genes, promotores, etc.). Los 12 millones pares de bases de su genoma contienen cerca de 6000 genes y se conoce la función de prácticamente todos de ellos. Es unas cuatro veces mayor que el de E. coli y unas doscientas veces más pequeño que el humano. En el año 2002, se secuenció el genoma de otra levadura, Schizosaccharomyces pombe, que también es bastante utilizado en el laboratorio. La comparación entre ambos genomas, y de otros nuevos que aparecen, permite establecer convergencias y divergencias en la estructura y función de éstos.

7000 – 3000 aC

Evidencias de la producción de bebidas fermentadas en China, Irán o Egipto.

1680

Antoine Leeuwenhoek hace las primeras observaciones microscópicas de la levadura.

1800s

Se asocia la levadura con la fermentación alcohólica.

1876

Louis Pasteur publica los "Études sur la Bière" sobre los procesos de producción de la cerveza.

1883

Eduard Büchner reproduce la fermentación alcohólica sin células de levadura, y obtiene alcohol y dióxido de carbono.

1949

Primer mapa genético de Saccharomyces cerevisiae.

1978

Primera transformación de Saccharomyces cerevisiae.

1987

Se crean los cromosomas artificiales de levadura (YAC, siglas en inglés) como vectores de expresión de genes.

1993

Mapa general del ADN humano obtenido gracias a la técnica de los YAC.

1996

Secuenciación del genoma de Saccharomyces cerevisiae.

2001

Hartwell y Nurse comparten el Premio Nobel de Medicina por sus estudios en el ciclo celular de la levadura.

2002

Secuenciación del genoma de la levadura Schizosaccharomyces pombe.